Porqué tenemos tanto miedo de demostrar lo que sabemos hacer. Internet es una ventana
abierta al mundo del que lo puede pagar, por supuesto, pero quien se atreve a
mostrar las verdaderas creaciones de la calle, las que te hacen llorar, las que
te hacen sentir, las que te hacen seguir hacia delante. Hacen que estas se
conviertan en tus inspiraciones para hacer un Empire State II, poder tener fotografías de una nueva Annie Leibovitz, o poder continuar las composiciones de Vassily
Kandinsky.
Quién sabe, quién me puede decir que me estoy equivocando,
nadie. Todos tenemos una estrella que debemos mostrar al mundo sin miedo de que
te lo puedan robar, copiar, porque os diré un secreto, si no se enseña, si no
se muestra al mundo por desgracia, no existe y hablo desde lo más profundo de
mi corazón, es una verdadera lástima. Todos necesitamos que lo que hacemos se
nos dé un reconocimiento, aunque solo sea un comentario con una sola palabra,
enhorabuena. O que abras tu correo y veas
que tienes un nuevo seguidor en Twitter, gracias a tu trabajo. Que a
alguien le interese tu trabajo, es una
recompensa que te ayuda a seguir.
Por eso creo que las redes sociales y las plataformas como Blogger
que ayudan y facilitan a enseñar lo que sabemos hacer fomentan la capacidad de
creatividad (un tema tabú al menos en este País) y la gestión del tiempo que
tanto necesitamos en ocasiones, y a otros que lamentablemente tienen de más. Y está demostrado, cada vez hay más valientes
que son capaces de hacer cosas
espectaculares, que a muy pocas personas se le hubiera ocurrido hacer, y además
colgarlos en la red de manera gratuita y prácticamente altruista. Tenemos mil
formas de hacer una libreta artesanalmente y personalizada, cuantas formas hay
de hacerse un nudo de la corbata y millones de formas de combinar una falda de
Zara, con una camisa de Mango y unos zapatos que nos hemos encontrado en
mercadillo del pueblo.
Lo que está claro es que el público ya no es 100% fiel de
una sola marca, incluso me atrevería a decir que la gran mayoría preferiría hacérselo
el mismo. Por eso creo que estamos
viviendo una época crucial en la creatividad, ya no hablo desde el punto de
vista artístico, sino desde la música, desde los nuevos empresarios que se
atreven a comenzar una nueva forma de vida, aportando nuevas ideas de gestión y
de producto, hablo desde el punto de vista de las amas de casa que hacen
malabares, en todos los sentidos para salir del bache a final de mes.
Para hacer todo eso, hace falta ser creativo, fuerte y
decidido al tomar decisiones, por eso animo a aquellos que se encargan de
estudiar la vida y el mundo, que se den
cuenta que aquí, y no hablo de mí, hablo del resto, de los valientes, de los
que se atrevieron y se atreverán. Que abran los ojos porque el compartir, el
colaborar, el unir fuerzas con productos
de aquí no es tan descabellado, tienen tanto filón, o incluso más que uno de
fuera. No digo que se deje de lado el producto extranjero, sugiero que quizás deberíamos
empezar viendo qué es lo que tenemos dentro y darle tanta importancia como al
de fuera, porque haber hay, en calidad y
en atractivo.
Competencia es una palabra muy fea, que no debe ser
nombrada, ya que por lo que veo, todos económicamente estamos igual, y los
problemas no se suelen resolver, haciendo lo mismo una y otra vez, quizás esta
vez la estrategia está en la colaboración
entre todos… ¿no? Es una nueva forma,
pero quizás la más lógica, y quien sabe a lo mejor hasta nos lo pasamos bien.
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